Ambiente de Aprendizaje



El cómo se organice el ambiente en el que van a crecer y desarrollarse los niños y las niñas, va a ser determinante para su ulterior desempeño.
Los niños y las niñas aprenden en todo momento, por ello los padres, docentes y los otros adultos significativos deben contribuir, al organizar el entorno, para que desde su nacimiento, o aun antes, puedan vivir en un ambiente cálido, nutritivo, comunicativo y enriquecedor para facilitar y promover sus potencialidades y en esta forma contribuir con su desarrollo integral y con la construcción de sus aprendizajes.                                                                                         
Para comprender el papel que juega el ambiente de aprendizaje en el currículum, es necesario que el maestro o la maestra lo considere  en el contexto del proceso de planificación, desarrollo y evaluación que lleva a cabo en forma continua. 
La organización del espacio físico, los materiales y el tiempo son instrumentos básicos que posee el/la docente por medio de los cuales puede concretar los planteamientos educativos del Centro de Educación Inicial donde se desempeña. Otro aspecto clave que el/la docente debe tomar en cuenta son los criterios para organizar los distintos grupos de niños y niñas y el número de adultos por cada uno de los grupos.                               
La clasificación por dimensiones fue tomada de Forneiro, en Zabalza. (1996),   
este  ambiente de aprendizaje está constituido por cuatro dimensiones: Física, Funcional, Temporal y Relacional interrelacionadas entre sí. Si bien cada una de estas cuatro dimensiones pudiera existir por separado, sólo serán entendidas como ambiente de aprendizaje al analizarse cada una de ellas en interacción con las otras tres, por cuanto el ambiente no se puede concebir como algo estático.                                     
  •  La Dimensión Física es la que hace referencia al aspecto material del ambiente. Es el espacio físico y sus condiciones estructurales.  También los objetos del espacio (materiales, mobiliario, elementos decorativos, etc.) y su organización y distribución en el espacio están contemplados en esta dimensión. 
  • La Dimensión Funcional es la referida al modo de utilización de los espacios, su polivalencia, entendida como las distintas funciones que puede asumir un mismo espacio físico, y el tipo de actividades a que está destinado.
  • La Dimensión Temporal corresponde a la organización del tiempo y por lo tanto a los distintos momentos en que se va a distribuir la jornada o rutina diaria y los espacios que se van a utilizar en cada uno. 
  • La Dimensión Relacional se refiere a las distintas interacciones que se establecen dentro de los espacios internos y externos donde se atienden los niños y las niñas entre 0 y 3 años. A continuación se profundizará en cada una de las cuatro dimensiones con el objeto de clarificar la operatividad del ambiente de aprendizaje tanto en la atención convencional como no convencional.       


    Por ende, el ambiente de aprendizaje es uno de los elementos importantes de la acción pedagógica en la Educación Inicial, ya que las personas viven y se desarrollan en espacios en los cuales se producen un conjunto de relaciones que se estructuran con gran complejidad. El percibir dichas relaciones, reconocerlas y llegar a representarlas mentalmente forma parte de la educación del niño y la niña desde su nacimiento. En la medida que éstos y éstas vayan tomando conciencia de sí mismos y sí mismas, y de donde empieza el mundo exterior, podrán tomarse como referencia en esta percepción del ambiente. 
    En este sentido, la Educación Inicial considera la realidad del niño, niña, familia, comunidad y escuela desde una perspectiva amplia, que incluye todos los contextos donde niños y niñas crecen y se desarrollan; contextos que forman parte de su cotidianidad y su aprendizaje natural. 
  El ambiente de aprendizaje se define, entonces, como una comunidad de aprendizaje cuidadosamente planificada, donde el papel del adulto y la adulta es decisivo para que ocurran las interacciones de los niños y las niñas con sus pares, con los materiales y con las personas de su entorno, dentro de un sistema dinámico, democrático y humano, a través del cual cada elemento constituyente de este sistema es un participante activo que se nutre de esta relación (ME, 1986).                             

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